La serie zombi volvió con capítulos más intensos y promete cautivar otra vez a los fans que desaprobaron la temporada anterior. Acá, tres razones para darle una segunda chance.
En su cuarta temporada, The Walking Dead perdió algunos espectadores y se llevó un buen número de malas críticas. Es que la serie se estancó y no logró superar los tiempos en que la mejor versión del Gobernador hacía estragos para mantener su comunidad aparentemente perfecta.
En esta nueva temporada, que ha la fecha lleva dos episodios emitidos, la serie parece haber tomado nota del descontento de los fanáticos y arrancó con un capítulo para sacarse el sombrero.
A continuación, 3 razones por las que no deberías perderte la quinta temporada de The Walking Dead:
1) Los primeros cinco minutos. El arranque de la quinta temporada no da respiro. Desde el primer momento se desata una avalancha de violencia, sangre y revelaciones que resulta una cachetada para el espectador. El ritmo e intensidad se mantiene a lo largo del episodio y lo convierten en uno de los mejores de la ficción hasta el momento.
2) Cambiar para bien. El Rick Grimes que aparece en la nueva temporada no tiene nada que ver con el de la primera. Afortunadamente, el personaje de Andrew Lincoln fue perdiendo de a poco la forzada condición de "buen tipo" para adaptarse de una vez por todas a los tiempos que corren. Con barba entrecana, la voz áspera, rasgos duros y sin buenos consejos para dar, el nuevo Rick es su mejor versión hasta el momento y sin duda una de las razones para seguir viendo la serie.
3) Zombis que vuelven a dar miedo. Es probable que para los espectadores que siguieron la serie desde el principio, la presencia de los caminantes haya perdido un poco de efecto. Está claro que las figuras decrépitas arrastrándose en pantalla no son la principal atracción de la ficción sino más bien la relación entre las personas y su supervivencia. Sin embargo, hay que destacar que la caracterización de los zombis en los dos primeros capítulos de la quinta temporada es más impresionante que nunca. Sin ánimos develar muchos detalles, se recomienda prestar especial atención a una escena del segundo episodio, donde el efecto del agua en un grupo de muertos vivos demuestra que todavía se puede recuperar el impacto de aquellos primeros capítulos.
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